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Actualizado - 9 de febrero de 2025
El tema de qué es la vocación es muy apasionante porque muestra muy claramente cómo los humanos, en contraste con Dios, interpretamos la vocación.
Desde una perspectiva mundana ...
En un contexto secular, la vocación suele entenderse como un destino personal. Es la convicción profundamente sentida de que uno debe desempeñar una determinada tarea o actividad que aporta sentido, realización y satisfacción. A menudo se asocia con actividades profesionales o talentos que una persona está capacitada para desempeñar de forma única.
Características de la vocación mundana:
- Pasión: Algo que te inspire emocionalmente.
- Talento: Habilidades y talentos que le caracterizan para una tarea específica.
- Contribución: La sensación de marcar una diferencia positiva en el mundo.
y visión bíblica
Según la interpretación bíblica, la vocación es una misión o destino dado por Dios que abarca tanto la vida individual como la relación con Dios. La vocación no es una decisión puramente personal, sino una respuesta a la voluntad de Dios. Va más allá de la pregunta, qué que debemos hacer, a la pregunta, que somos a los ojos de Dios.
La Biblia describe la vocación en varias dimensiones:
- Vocación universal: Todas las personas están llamadas a vivir en relación con Dios, a servirle y a llevar su amor al mundo. En Romanos 8:28 (Schlachter) leemos:
"Pero sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.„ - Vocación individual: Cada persona tiene una tarea o papel único en el plan de Dios que corresponde a sus dones y talentos. Efesios 2:10 (Schlachter) lo describe:
"Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas." - Vocación comunitaria: La vocación suele darse en el contexto de la comunidad. Los cristianos están llamados a formar parte del cuerpo de Cristo (la Iglesia) y a cumplir juntos la misión de Dios, como escribe Pablo en su carta a los Apóstoles. 1 Corintios 12:12-27 establece:
12 Porque así como el cuerpo es uno, pero tiene muchos miembros, y todos los miembros del único cuerpo, aunque son muchos, son uno como un cuerpo, así también Cristo.
13 Porque todos hemos sido bautizados por un mismo Espíritu en un solo cuerpo, seamos judíos o griegos, siervos o libres, y a todos se nos ha hecho beber de un mismo Espíritu.
14 Pues ni siquiera el cuerpo es un solo miembro, sino muchos.
15 Si el pie dijera: ¡No soy una mano, por lo tanto no pertenezco al cuerpo! - ¿significa eso que no pertenece al cuerpo?
16 Y si la oreja dijera: ¡No soy un ojo, por lo tanto no pertenezco al cuerpo! - ¿significa eso que no pertenece al cuerpo?
17 Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría el sentido del oído? Si todo fuera oído, ¿dónde estaría el sentido del olfato?
18 Pero ahora Dios ha insertado los miembros, cada uno de ellos, en el cuerpo según su voluntad.
19 Pero si todo fuera un miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
20 Pero aunque haya muchos miembros, sólo hay un cuerpo.
21 Y el ojo no puede decir a la mano: ¡No te necesito! ni la cabeza a los pies: ¡No te necesito!
22 Al contrario, son precisamente los miembros aparentemente más débiles del cuerpo los que son necesarios,
23 y aquellos [miembros] del cuerpo que consideramos menos honorables los rodeamos con el mayor honor, y nuestros menos honorables reciben la mayor respetabilidad;
24 pues nuestros decentes no lo necesitan. Pero Dios unió el cuerpo de tal manera que le dio al miembro menor todo el honor mayor,
25 para que no haya discordia en el cuerpo, sino que los miembros se cuiden mutuamente por igual.
26 Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los miembros se alegran con él.
27 Pero vosotros sois [el] cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro [de él] según su parte.
¿Cómo reconocer la vocación?
En el sentido mundano …
Reconocer una vocación mundana suele ocurrir a través de la autoexploración y la experiencia. Los siguientes pasos pueden ayudar:
- Descubra sus puntos fuertes y sus pasiones: ¿Qué le gusta hacer? ¿Qué se le da especialmente bien?
- Obtenga opiniones de los demás: La gente que te rodea a menudo puede ver tus talentos mejor que tú mismo.
- Pruébalo: La vocación a menudo se hace evidente a través de la experiencia práctica. Involúcrate en distintos ámbitos y reflexiona sobre lo que más te llena.
- Mirando la contribución al mundo: Piensa en cómo puedes enriquecer la vida de los demás con tus habilidades.
y sentido bíblico
Reconocer tu llamada divina requiere una actitud de apertura hacia Dios. Los siguientes pasos pueden ayudarte a conseguirlo:
- Oración y relación con Dios: La vocación comienza en la cercanía a Dios. Dedica tiempo a la oración para buscar su guía. En Santiago 1:5 (Schlachter) dice: "Pero si a alguno de vosotros le falta sabiduría, que se la pida a Dios, que da a todos de buena gana y sin reproche, y le será dada".
- La Biblia como guía: La voluntad de Dios suele quedar clara en su palabra. La Biblia te orienta sobre qué valores y tareas tienen prioridad en el reino de Dios. Lee textos sobre la vocación en particular, como la historia de Moisés (Éxodo 3) o de Pablo (Hechos 9).
- Reconocer los dones y talentos: Dios ha dado a cada persona dones específicos que forman parte de su vocación. En Romanos 12:6 (Carnicero) dice: "pero tenemos diversos dones de gracia según la gracia que se nos ha dado; si tenemos profecía, [que sea] conforme a la fe".
Estos dones pueden ser talentos naturales o dones espirituales (como enseñar, ayudar, animar). - Consejos y confirmación de otros: A veces otras personas ven más claramente lo que estamos llamados a hacer. Busca mentores espirituales o amigos que puedan ayudarte a escuchar la voz de Dios.
- Circunstancias y oportunidades: Dios actúa a menudo a través de las circunstancias de nuestra vida. Observa qué puertas se abren y hacia dónde te lleva tu camino. Sé sensible a las oportunidades en las que puedes servir a Dios.
- Paz en el corazón: Una señal de que has reconocido tu vocación es la paz interior. Colosenses 3:15 (Carnicero) dice "Y que reine en vuestros corazones la paz de Dios, a la que también fuisteis llamados en un solo cuerpo; ¡y sed agradecidos!"..
Obstáculos y retos
- Duda de sí mismo: A menudo nos sentimos incapaces. Pero Dios no llama a los capacitados, sino que capacita a los llamados.
- Miedo al fracaso: La vocación es un proceso de crecimiento. Los errores forman parte del camino.
- Comparación: Cada persona tiene una vocación única. No mires con envidia la vocación de los demás, sino concéntrate en tu propio camino.
Vivir la vocación en la vida cotidiana
La vocación no es un hecho puntual, sino un proceso que dura toda la vida. Se trata de preguntar a Dios cada día: "¿Qué quieres que haga hoy?". La vocación suele manifestarse en pequeñas cosas: en el servicio a la familia, en el trabajo o en la iglesia.
En Miqueas 6:8 (Schlachter) dice: "Se te ha dicho, oh hombre, lo que es bueno y lo que el Señor exige de ti: ¿Qué otra cosa sino hacer justicia, practicar el amor y caminar humildemente con tu Dios?„
El proceso de toda una vida
Antiguamente, la cuestión apenas se planteaba, ya que la profesión de los padres solía dictar el camino, había que seguir con la agricultura, hacerse cargo de una posada o de una consulta médica. Así eran las cosas y no se cuestionaban especialmente.
Hoy en día, incluso los niños pequeños saben lo que quieren ser de mayores, ya sea ferroviario, piloto, bombero, médico, etcétera. Estas ideas son fruto de experiencias, historias o modelos de conducta, por ejemplo.
Éstos no siempre coinciden con los dones reales, que se desarrollan más claramente y se hacen más presentes con el tiempo.
Excursus - Encuentra tu vocación
Directivo de éxito en una gran empresa, por supuesto ganaba bien, gozaba de prestigio y de una vida lujosa que le permitía desarrollar su carrera. Sin embargo, cada jornada laboral acababa convirtiéndose en rutina, reuniones, decisiones, cifras, todo papel mojado, nada realmente satisfactorio.
Ya de niño, Daniel sentía una gran pasión por la música. Tocaba el piano, escribía sus propias canciones y soñaba con emocionar a la gente con su música. Pero cuando creció, le dijeron que la música "no era una profesión adecuada". Así que optó por unos estudios "seguros" y dejó de lado su pasión.
Pero cuanto más avanzaba profesionalmente, más le asaltaba una pregunta: "¿Es esto realmente para lo que estoy hecho? ¿Eso es todo?".
Un día le invitó un viejo amigo. Uno de los músicos del grupo juvenil de la parroquia había sido cancelado por enfermedad y entonces recordaron que él solía ser un músico entusiasta al que sin duda le encantaría sustituir. Su entusiasmo era limitado, pero no quería ofender a su viejo amigo y aceptó, aunque vacilante. Cuando por fin se sentó al piano y vio cómo los jóvenes se emocionaban con la música, sintió una alegría que nunca había conocido en su vida profesional. Por primera vez en años, se sintió realmente vivo. Le habría encantado prolongar la "lección" hasta bien entrada la noche.
Después de aquella noche, no pudo quitarse la idea de la cabeza: ¿sería la música su verdadera vocación?
Ahora quería averiguarlo y empezó a estudiar detenidamente la cuestión de qué significa realmente la vocación. Leyó Colosenses 3:23 „Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, ...". Y un poco más tarde Romanos 12:6-7 „Pero nosotros tenemos diversos dones de gracia, según la gracia que se nos ha dado; si tenemos profecía, [que sea] conforme a la fe; si tenemos ministerio, [que sea] en el servicio; el que enseña, [que sirva] en la enseñanza;„.
Eso fue todo: se dio cuenta de que la vocación no es sólo un trabajo o una profesión. Es aquello para lo que Dios te ha creado. No se trata solo de dinero o éxito, sino de servir a los demás con tus dones y hacer algo significativo.
Tras mucho rezar y hablar con su pastor y amigos íntimos, decidió renunciar a su trabajo seguro y lucrativo. A partir de entonces, trabajó como profesor de música, dio clases de piano y compuso canciones para eventos cristianos.
A pesar de que ya no tenía seguridad económica, por no hablar de la cuantía y continuidad de sus ingresos mensuales, sentía una profunda satisfacción interior. por fin vivió su verdadera vocación".
Conclusión
Este ejemplo demuestra que la vocación no siempre es lo que nos reporta más beneficios económicos o lo que la sociedad considera un éxito. Es lo que nos llena de profunda alegría y con lo que podemos servir a los demás.
A veces lleva tiempo reconocer nuestra vocación. Pero si escuchamos la guía de Dios, él nos mostrará el camino hacia una vida mejor. Proverbios 3:5-6 descrito "Confía en Yahveh de todo corazón y no te fíes de tu propio entendimiento; conócelo en todos tus caminos y Él enderezará tus sendas.„.